La Economía Circular (EC) se ha convertido en un marco común, al que todas las actividades de la sociedad deben ajustarse. Aunque la EC cubre mucho más que los residuos (se olvida con frecuencia la energía y las aguas), es evidente que estos se han colocado en el foco principal de las actuaciones emprendidas por las administraciones públicas y el sector privado. Por ello, la figura legal de la Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) debe, por una parte, ser un componente básico de cualquier actuación en el marco de la EC y, por otra, desde el lado de los productores, alinearse y buscar su integración en las estrategias globales.
Los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAPs) permiten a los productores afrontar las responsabilidades que la normativa les requiere y con el alcance definido. En este sentido, los residuos que aparecen en los mares y playas (basuras marinas) han venido constituyendo un ámbito de responsabilidad difuso por la disparidad de fuentes, materiales y destinos.
Es por ello que MARLICE mantiene en esta nueva edición una mesa con la participación de empresas individuales, asociaciones y SCRAPs que las agrupan, con el objetivo de actualizar el estado de la situación y mostrar el grado de progreso con ejemplos concretos.